sábado, 17 de febrero de 2018

Pasajes Tellier y Rosales, dos en una

Vuelvo a hablar de pasajes. Arranqué con el Perfumo, para abrir el año, y ahora sigo con estos dos que son UNA LOCURA para los que gustan de lo curioso. Dos al precio de uno, como ya verán.

Dos en una sola manzana.

Ok, sí, hay pasajes, algunos duran sus cuadras, algunos se cortan y vuelven a empezar, otros incluso se cortan... Pero ¡dos en la misma manzana! Hasta donde sé es el único lugar de la ciudad en donde se da esto, y por eso siempre me llenó de curiosidad saber cómo eran y por qué existen.

Pero vayamos a las fotos y a ubicarlos en el mapa.


Pues sí, están en plano centro de Rosario, entre Oroño y Balcarce y entre 3 de Febrero y 9 de Julio. Muchos, seguro, ni los ven ni los conocen.

Pero vayamos por partes: primero, hermosa esquina de Oroño y 3 de Febrero, que nos sirve de punto de partida.
Vista desde Oroño, los árboles tapan bastante.
Vista desde 3 de Febrero, se puede apreciar más a esta
hermosa y enorme casona que funciona como pub.
Mucha madera y vitrales.

Pero como digo la casa es el punto de partida. A lo que voy es que pareciera haber sido construida en un lote en donde ya estaba armada la calle, porque como podemos ver, un estacionamiento que es parte de la propiedad forma la siguiente esquina. Observen la gran puerta a la izquierda.

En una sola foto, dos esquinas: 3 de Febrero esquina
Pasaje Tellier y esquina Boulevar Oroño.

Como se puede ver, El pasaje Tellier, esa callecita angosta, tal vez definió el hecho de que la edificación tuviera que cerrarse con un muro alto, mientras que en todas las demás partes hay una reja. O tal vez fue para proteger el auto y la cochera. Habría que investigar todo el asunto, aunque es raro que se abra una calle y eso genere este tipo de cosas. Además, como veremos, hay edificios antiguos siguiendo esta misma línea de edificación.








Pero no vamos a entrar a mirar todavía el pasaje Tellier. Vamos a seguir el mismo recorrido que hice yo, cuando escuché a dos señoras hablando en la vereda y no quise interrumpirlas entrando en su microcosmos, ni quise que me juzgaran por andar sacándole fotos a las fachadas, al empedrado, a todo. Vamos a seguir de largo hasta la entrada del pasaje Rosales, por el que vamos a entrar primero.

Una entrada flanqueada por edificios mucho menos llamativo, pero también justamente más tímida y oculta. Una entrada que oculta un pasaje de los que ya encontré varios: con calles de empedrado, bien chiquitas, casas antiguas recicladas o deterioradas, casi misterioso... un pequeño paraíso silencioso.

El cartel de señalización del pasaje Rosarles, a mano
derecha entrando por 3 de Febrero. Creo que es el único
que tiene el pasaje.


Casas antiguas arruinadas como la de la derecha
conviven con otras en mucho mejor estado, como veremos.

Los autos estacionados tan junto al cordón que apenas te dejan espacio
para caminar; otra constante de este tipo de pasajes tan angostos.

Un ejemplo de casa antigua conservada; en este caso
se trata de un consultorio profesional.

Una casa antigua, desprovista de revoque y con los
ladrillos prolijamente a la vista; otra forma de
resignificar la arquitectura de la época, que cada
tanto me encuentro en estos lugares escondidos.
Tal vez la casa antigua con mayor ornato y mejor
conservación de todo el pasaje. Por lo que recuerdo era
una casa particular y nada más.

Fue, como otras veces, un lugar difícil de retratar. Apenas se podía pasar por la vereda en algunas partes; los autos tan cerca del cordón, como mencioné, se complotaban con algunas plantas bastante grandes (tanto árboles como arbustos, visibles en algunas fotos) para casi obligarme a bajar a la calle. Las hojas y las ramas, más de una vez, me obligaron a bajar la cabeza o agacharme. Es imposible que dos personas pasen por la misma vereda; una tendrá que meter la panza o bajar al calle para dejar pasar a la otra.

Así llegué finalmente al otro lado del pasaje, donde me esperaba, ¡pecado de falta de grilla! un edificio del otro lado de la calle y, además, una esquina demolida.






Lamenté una reciente pérdida de patrimonio, pero por lo que descubrí en Google Street View no fue tan grave. Calculo que fue una casa antigua que fue remodelada, perdiendo más o menos lentamente toda identidad y ornato, hasta que la fueron. Muy probablemente para hacer un edificio caja como el de la esquina de enfrente.



Nos despedimos del pasaje Rosales con una última foto de su intersección con calle 9 de Julio, solo para mostrar mejor la textura de su perfecto empedrado y sus vereditas angostas.




Y ahora sí, yendo por 9 de Julio, nos vamos a pasaje Tellier, con el cual empezamos esta entrada.

Aquí según GSV. Me mataron los árboles y la veredita del tramo
hacia Oroño. Son vereditas mágicas; haces una cuadra en tres pasos.

"Termina" frente a una estación de servicio. Y aquí las fotos son menos, porque hay menos edificios antiguos para retratar, no hay empedrado, pero las que hay no dejan de ser curiosas e interesantes, por otras razones.




Uno de los pocos vestigios de arquitectura antigua que
se puede apreciar en el pasaje Tellier. Las tejas y las vigas
sobresalientes de madera me encantaron.



El pasaje Tellier no tiene la misma áura que su vecino Rosales. Ni empedrado de adoquines, ni árboles, ni veredas apenas rotas... aquí todo parece más pulcro, gris y vacío. Sin embargo, al elevar la vista vemos esas paredes verdes de un vasto edificio (imitadas brevemente por uno de la vereda enfrentada, que no llega a tanto, gracias a una higuera) y uno no puede menos que sonreír. Gris de cemento crudo, más gris de cemento sucio por la intemperie, más verde colgante y vivo.... Es mágico, también casi postapocalíptico. Me cautivó en ese silencio cómplice, hasta que escuché que había un hombre en un balcón de enfrente (no sé si me vio, creo que no) y el hechizo se evaporó.

Así termina mi recorrido mágico, uno que deseé hacer desde hace años, cuando visitando la casa de un amigo descubrí que en una sola manzana había dos pasajes. Cosa de no creer. Solo en Rosario.

sábado, 10 de febrero de 2018

La mansión de Alvear y Montevideo, a salvo

Hace unos días, en el grupo de Facebook Fotografías y Estampas del Rosario Antiguo alguien vio vallada esta hermosa mansión, en una zona muy hermosa de Rosario, y obviamente temió por su destino.

Afortunadamente al día siguiente tenía que estar por ahí con algo de tiempo así que pude pasar a tomar fotos y lamentarme un poco. Las vallas eran altas y me sorprendió no ver cartel de demolición, pero tampoco de obra o refacción.

Al regresar a casa lo comenté y resultó que se pudo rastrear a uno de los descendientes de Candia, uno de los constructores, quien por suerte nos aseguró que se trata de una remodelación. De hecho el edificio está protegido (hubo algo de confusión según el tipo de catalogación que tiene, pero no lo pueden voltear legalmente). Aparentemente los carteles de obra están pero se colgaron bajos y la valla los tapó.



La verdad es que nos alegramos mucho y por eso lo quiero comentar. Si puedo, más adelante pasaré para documentar el cambio. No hay que limpiar mucho, salvo por las cosas horrendas que le hicieron a ciertas partes de la fachada. Como se puede ver en algunas partes, se pegó algo en la fachada, posiblemente la decoración de algún comercio o sitio de eventos o algo que funcionó allí. Eso salvó la fachada de perforaciones, pero la dejó en mal estado igualmente. Esperemos se pueda dejar igual que el original.

Dos cosas me gustaron más, y me llamaron mucho la atención: los mosaicos debajo de las ventanas y las vigas de madera que, sobresaliendo, terminan labradas y sosteniendo el pequeño balconsito que da a la esquina.

Los dejo con esta belleza.








Develando el misterio de los rostros que nos miraban

Hace cosa de un año y algo, comentaba en esta entrada la desaparición de dos molduras del edificio que antes ocupara una conocida galería de arte, Krass. Pasó el tiempo y encontré más información, y una que hace todavía las curiosa la historia. Todo lo que digo aquí fue comentado en el grupo de Facebook Fotografías y Estampas del Rosario Antiguo, por personas que conocen la historia de primera o segunda mano.

En primer lugar, ponernos en contexto. Krass (y esto no lo sabía y por mi relativamente corta edad y por no pertenecer al mundillo) era una galería muy importante, en gran medida debido a que su creador y dueño, Gilberto "Krass" Krasniansky, fue el centro sobre el cual se articularon muchas personalidades locales del arte y la cultura. Es así como fundó la galería, para generar un punto de encuentro mucho más fuerte.

Ahora bien, lo que descubrí es que las molduras que menciono en el artículo anterior NO eran originales a ese edificio, no formaban parte del mismo. ¿Cómo llegaron ahí? Por suerte, y por mala suerte también se perdieron.

Aparentemente la cuestión fue así. En 1977 se decide la remodelación de un edificio cercano, el Banco Español, que estaba en la esquina de Santa Fe y San Martín. Como se puede ver en las imágenes (obtenidas del grupo Fotografías y Estampas del Rosario Antiguo, en Facebook), en casi todas las arcadas estaba esta moldura, la de un hombre viejo que algunos dicen representaba a Poseidón, o a algunos otros personajes mitológicos. En fin, que muy estúpidamente se daña el aspecto original del edificio para poner carteles sobre los arcos (el de la AFIP es nuevo, creo que la AFIP no existía en esa época, era otra dependencia u otro banco, creo que el BID, recuerdo en los 90s haber estado ahí fotografíando el edificio con una amiga que vino de visita a la ciudad).


En fin, por lo que se saben, las molduras terminaron en un volquete de demolición, porque aparentemente para estos sujetos ya no servían para nada. Como Krasniansky tenía su galería a la vuelta, los encontró, pidió permiso para llevarse un par y los incorporó a su fachada, en donde estuvieron por mucho tiempo.

Ahora bien, la municipalidad tomó la posta en restaurar el edificio de Santa Fe y San Martín, hacia 2008. Por lo que sé el edificio no es de la Muni ni de la AFIP, sino que tenía otro dueño, que supongo lo alquila.

Autoridades de la Muni y encargados del proceso de restauración se acercaron a los nuevos dueños del edificio en donde había estado Krass (Krasniansky había cerrado la galería en 2008, ya que el año anterior se había enfermado gravemente, y luego falleció). Con Krasniansky aparentemente se había charlado la idea de reponer las molduras originales, o al menos sacarlas para tomar un molde y poder replicarlas para volver a colocarlas en el edificio de donde venían.

Sin embargo Krasniansky muere. Se sigue la negociación con los dueños del local, pero no se sabe por qué, los nuevos dueños lo refaccionan y retiran las molduras del viejo barbudo sin avisarles a nadie.

Lamentablemente debido a que hay un proceso de restauración abierto por el Estado, en este caso la Muni, la burocracia no puede esperar indefinidamente a que los dueños se vuelvan a poner en contacto o respondan. El proceso de restauración termina cerrándose con lo que hay. Nuevamente, gracias al egoísmo de un privado, la ciudad pierde algo valioso e irrecuperable.

Así que ahora nos quedamos sin el pan y sin la torta. Ni en el edificio de Krass, ni en el original: en ambos hay un vacío, notorio en uno, no tanto en otro, pero un vacío en fin.


sábado, 3 de febrero de 2018

Una menos en San Luis al 2500

Como dije antes, no quería comenzar el año con demoliciones, pero si hay, las tengo que documentar... y me encontré con algunas en estos meses. Otras son de antes.

A esta la tenía conocida, como otras, porque pasaba con el colectivo casi a diario. Lamentablemte, como a la mayoría de esas, no las tengo fotografías debido a que soy humano y no puedo estar en todas partes al mismo tiempo.

No hubo preaviso. En las fotos se ve que tenía cartel de venta desde agosto del año pasado, pero yo sinceramente no lo vi o no lo registré. Un día pasé y pum!, había una excavadora dentro y solo quedaba parte de uno de los arcos de la ventana de la derecha. Muy triste.





Sinceramente no solo da pena sino que me pregunto ¿qué pueden construir ahí? Una pajarera sin estilo, porque poner un edificio en altura en un lote tan pequeño no tiene sentido. Obviamente, sin cochera, para que los dueños tengan que alquilar una o dejarlo en las calles atestadas.

Era bonita y seguramente una familia podría haberla convertido en un hogar hermoso.

martes, 30 de enero de 2018

Pasaje Perfumo, Montevideo al 4100

Tengo muchas cosas nuevas para contar, algunas tristes, como demoliciones que fui encontrando, pero no quiero empezar a postear este año con cosas tristes. Así que arranco por una pequeña anécdota que recién hoy pude cerrar.

Hace unos días, por motivos que no vienen al caso, pasé sobre un colectivo por calle Montevideo, antes de llegar a Avellaneda. El vehículo tenía que tomar esta avenida y como no podía hacerlo directamente por Pellegrini, tomó por Montevideo por unas pocas cuadras, para poder doblar según lo marca la ley.

En ese momento, mirando por la ventanilla, como siempre buscando cosas raras, veo que pasamos junto a un pasaje.


No cualquier pasaje. Mis ojos biónicos encontraron rápidamente algo: no seguía, se cortaba, e incluso había un cartel, muy pocas veces visto en Rosario, que avisaba de la situación:



Así es, una calle sin salida. Como me parecen particularmente llamativas y raras, tomé nota aproximada de la dirección: Montevideo antes de Avellaneda :) La idea era usar Google Maps y luego Street View para ubicarla, ya que nunca voy por esa zona como para sacar fotos personalmente.

Ahora bien, hace unos días empecé a buscarlo y no lo encontré. Estuve un buen rato mirando el mapa y nada, pensando que tal vez había equivocado algo. Pero no; la zona de la ciudad en la que EXISTE la calle Montevideo antes de Avellaneda no es tan grande. Así que pasé a la siguiente opción: no está en Google Maps.

Esta es una cuestión común: Google Maps no carga muchos "detalles" de la ciudad, particularidades que se pierden si uno mira a primera vista.

Hoy tuve un rato para acceder al mapa catastral de la Municipalidad de Rosario, que es más completo y preciso. Y la encontré. Se trata del Pasaje Perfumo, que mide exactamente media cuadra.

Localizado en Montevideo al 4100, justo a media cuadra antes de Avellaneda, no está cargado en Google Maps pero como pueden ver en las fotos anteriores y posteriores, sí aparece en GSV.

Como en muchos otros casos, no hay ninguna razón "visible" o "razonable" que justifique la existencia de este pasaje ni por qué se corta a mitad de manzana. El pasaje Schenone, que no llega a cortarlo, por ejemplo, sigue misma línea de otros pasajes en la zona, como el Lustau, que está cerca, y el Noruega (que ya está agendado para ser revisado acá). Hay una buena cantidad de pasajes paralelos a Pellegrini por esa zona, como el Monroe o el Zavala, más al este (los dos ya fotografiados... paciencia). Sin embargo, perpendiculares a Pellegrini de esa manera solo está el Perfumo; al norte quedan tres cuadras completamente edificadas, y más al sur de Pellegrini la cuadrícula cambia totalmente.

Mi principal hipótesis, al mirar mejor el mapa anterior, tiene que ver con las vías. Si se fijan, los lotes están cortados en diagonal, y hay una marca de corte que justamente pareciera impedir el avance del pasaje. Se me hace que había, de hecho, varias trazas ferroviarias por esa zona, ya que veo incontable cantidad de lotes en diagonal. Tal vez en algún momento la calle se cortó por una vía, se levantaron estas y se construyó encima, quedando la calle sin terminar. Pero sin saber más, lo tengo que dejar ahí.

Pasaje Perfumo según uno avanza por Montevideo.
Se ve el cartel de Calle sin Salida, pero ninguna indicación del
nombre de la calle en ninguna esquina.

Mirando más hacia dentro, llaman la atención los dos carteles de estacionamientos para discapacitados. Como sucede con este tipo de pasajes, la mitad del espacio es para estacionamiento; de todas maneras llama la atención que la calle es ancha y permite fácilmente el paso de otro vehículo, el cual lamentablemente no tiene mucho qué recorrer.



Como en muchas calles sin salida, hay una casa donde debería haber una calle, al final. Lo cual siempre me hace preguntar por el número de esa casa, que no está ni en la vereda par ni en la impar.

Develado (parcialmente) el misterio, lo dejo acá. Poco más tengo para decir: como pasa muchas veces, la casualidad es mi amiga, y la investigación mi aliada.