martes, 14 de febrero de 2017

Otra tapiada en Avenida Francia al 800

De nuevo las vallas publicitarias, aunque esta vez, me sorprendieron por lo enorme y por todo lo que tapaban. Como podrán ver, apenas queda algo por tapar.

Bajé del colectivo, di la vuelta me topé con esto. Fue como chocarme con una pared de vidrio; estaba algo apurado pero le saqué unas fotos, porque después de las vallas... no se sabe si queda algo.





No saqué de más lejos, para que se viera todo, porque no quería que se me hiciera tarde y además, la vereda no era lo suficientemente ancha; es una casa alta y ancha!! Hubiera tenido que pasarme al cantero central.

Así que me fui y me olvidé un poco del tema. Pero resulta que las vallas eran más o menos nuevas y que recientemente hubo actividad en ese edificio, que no era una vivienda, como yo pensé en un primer momento.

Las siguientes imágenes son de GSV, del año 2013, cuando pasó por primera vez por Rosario. El sitio, si bien era una casa originalmente, funcionaba como la Imprenta Anubis. Nombre raro, pero místico e interesante. Muy lindo cartel, por cierto.

La casa se ve algo deteriorada, principalmente la puerta, a causa de la intemperie, pero estaba en muy buen estado, apenas le faltaban algunas columnas del tapial de la terraza, pero eso es bastante común. Se nota, apenas, que hubo un hueco junto a la persiana de la imprenta, tal vez el aparato del aire acondicionado, que luego se tapó.





Pero GSV pasó luego en 2015 y la imprenta ya no estaba. ¿Era independiente a la vivienda de al lado, o era de los dueños? No se puede saber, lo cierto es que el cartel ya no estaba y que la casa seguía prácticamente igual.


Uno puede suponer que el negocio no funcionó y que la familia no pudo mantener la casa, algo triste, por cierto. Ahora todo está cerrado. Pasar por esa zona fue ver uno o dos edificios en construcción POR CADA VEREDA DE CADA CUADRA. Casi todas las esquinas fueron o están siendo demolidas. Es una cosa de no creer, y después dicen que la construcción está frenada.

Como muestra de lo que sucede, les dejo un botón, que por el apuro se me pasó. No sobreviven ni las casas angostas; hacen edificios delgados como escarbadientes, si encuentran la oportunidad. Observen la puerta verde, hecha sánguche entre dos edificios mucho más altos. Uno de los dos se comió el resto del edificio vecino al que mencionamos. ¿Sucederá lo mismo con este? Esperemos que no.




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