Nuestros pasos compartidos: El patrimonio histórico es de todos

Hace unos días me enteré de una realidad bastante turbia, muy fea, que afecta directamente a Rosario. El patrimonio histórico no vale nada. O mejor dicho, vale dinero que los ricos pueden pagar para saltarse lo que deberían ser leyes mucho más firmes y estrictas.

Resumo el tema mientras voy citando artículos periodísticos de La Capital que permiten dar cuenta de la importancia que tomó el asunto.

Con algunos pequeños abandonos y la pérdida de
la parte inferior de la fachada, el edificio sigue en pie
en muy buenas condiciones, no está en ruinas.

Resulta que en los últimos días de diciembre (la madrugada del 23, para ser más exactos), los ediles del Concejo Deliberante aprobaron, no sin protestas de unos pocos, la recategorización de un edificio que era (es, por más que las leyes no lo digan) patrimonio histórico rosarino. Un petit hotel situado en pleno centro, en Corrientes el 700.

¿Cuál es el asunto? Pues que la Bolsa de Comercio de Rosario, uno de los entes más ricos de la zona, quiere construir un nuevo edificio para sus oficinas. Lejos de querer construir o restaurar algo equivalente al edificio que ahora la alberga, una de las joyas del centro, pretenden demoler un edificio histórico para dar paso a lo que seguramente será una aberración edilicia. Nos prometen un edificio "sustentable", pero seguro es un negociado y después terminan haciendo cualquier cosa.

Para eso compraron el lote lindero al petit hotel y también a este mismo. El lote lindero tenía solamente un edificio moderno, que antes utilizó Tarjeta Naranja (recuerdo haber ido a hacer trámites, al menos una vez). Así que lo pueden demoler sin problemas, pero el petit hotel estaba categorizado como patrimonio histórico, de manera tal que debía ser preservado.

¿Qué han hecho los buenos muchachos de la Bolsa de Comercio? Como no hay leyes firmes, este tipo de edificios se pueden recategorizar, solicitando este trámite justamente al Concejo Deliberante. Si el trámite atraviesa una serie de barreras administrativas y se determina que no debe ser preservado, se lo recategoriza y vuelve a ser potencialmente demolible, o reformado, etc. Estos trámites suelen tardar AÑOS, como todo en la Municipalidad (¿mencioné alguna vez que tardaron 18 años en quitar un árbol peligroso frente a la casa de mi tía?).

Pues bien, resulta que a los muchachos de la Bolsa de Comercio, estos trámites les duraron 10 días. Sí, 10 días. Algunos ediles que votaron a favor, después de enterarse de este dato, cuestionaron su propio voto y ayudaron a avivar la controversia. ¿Hubo alguna connivencia, algún soborno, pago de favores, etc.? Pues sí, de otra manera, no se entiende cómo puede pasar una "casualidad" de este tipo.

Les dejo, como dije, las notas de La Capital. Hubo otras antes del 29/12 (de cuando son las dos siguientes), pero rescato estas por que tienen más detalle.

Avalan demolición de un petit hotel patrimonial en velosísimo trámite

Recomiendo MUCHO leer esta entrevista con Ana Ferrini, de la ONG Basta de demoliciones, a la cual estoy suscripto en Facebook. Nos habla a las claras de la situación muy injusta de todo el tema patrimonial, que debe ser modificado inmediatamente.

"Hay desinteligencia de los poderes del Estado en la preservación del patrimonio histórico"

La maniobra es obvia: aprobar todo esto a fin de año, cuando la gente que puede protestar se va de vacaciones. "Si pasa pasa"; si nadie se daba cuenta, se hacía, y si no, igualmente hay tiempo para demoler todo sin despertar mucho escándalo. Igualmente, es evidente que los ediles tenían muchas cosas atrasadas para aprobar. fin de año, aunque se trabaje bien, cosa que los políticos no suelen hacer, implica firmar muchos proyectos para el año siguiente, por lo que se puede intentar colar algo mal hecho o perjudicial entre toda la parva de cosas para firmar.

¿Qué se puede hacer? Lo primero es informarse. Por eso el otro día tomé fotos (las posteo a continuación, porque son muchas y ahora no quiero distraerlos del segundo punto). Esto incluye también leer este artículo en donde se habla del edificio y de su arquitecto, Eustace Laurinston Conder. Si miramos un poco su currículum (proyectó el Barrio Inglés para jefes y empleados del ferrocarril y la Estación Retiro, en Buenos Aires) no podemos ni siquiera esgrimir el argumento de que era un arquitecto anónimo o poco dotado. Es un arquitecto inglés que trabajó sobre obras ferroviarias y por eso está atado firmemente a la historia de Rosario.

Lo segundo para hacer: protestar. Ya se hizo un abrazo solidario el jueves pasado, del cual se hicieron eco los medios de comunicación. Los buenos muchachos de la Bolsa de Comercio fallaron al querer tapar el negociado: no podemos decir que no lo sabíamos. Afortunadamente hay ciudadanos que quieren rescatar y salvar el patrimonio histórico y han iniciado una petición en la página Change.org: ¡¡NO a la demolición de edificio PATRIMONIAL de Corrientes 728-732!!

Firmándola virtualmente se puede contribuir a rechazar la medida; la carta será entregada con todas las firmas a los principales opositores a la medida, para que tengan argumentos para pedir la revisión del caso.

Los dejo con las fotos. Si no les convencen mis argumentos hasta ahora, los detalles de tan hermosa obra deberían hacerlo. Se puede salvar, todavía, pero hay que comprometerse.

La fachada inferior y el lote adyacente, que también se busca demoler.

Detalle de las hermosas molduras y el coronamiento de la fachada.

Detalle del lote contiguo, donde antes funcionó una sede de Tarjeta Naranja.

Detalle de los balcones y ventanas. Los óculos de vidrio son particularmente
hermosos y curiosos, no recuerdo haber visto otros. Y las columnas talladas
tampoco con comunes.

Desde abajo se puede ver algo de deterioro y abandono, pero nada que
no se pueda reparar con cariño y algo de dinero.

Detalle de los balcones por debajo. Como muchos edificios sin mantenimiento,
hay vegetación creciendo en la cima, que representa peligro de caída de material.
Esto es algo común que debería corregirse en muchos sitios.