viernes, 11 de marzo de 2016

Puerta tapiada en San Lorenzo y Dorrego

Comentábamos en entradas pasadas lo triste que me resultan las casas tapiadas, tanto por la desprolijidad con lo que se hacen estos trabajos, como por la pérdida de puertas, ventanas y otras partes para el paisaje urbano.

El otro día vi un caso muy sorprendente en una zona poco acostumbrada a este tipo de cosas: San Lorenzo y Dorrego, justo en la esquina de la antigua Jefatura de Policía, hoy parte del Museo Provincial de Ciencias Naturales.

En esta foto podemos ver la esquina, algo deformada por la perspectiva de GSV. Digo que es algo raro ver esto por esa zona porque, lamentablemente, lo normal es que directamente demuelan el edificio. Acá pasó otra cosa.

El colectivo pasa rápido por esa zona pero por suerte hay parada, por lo que la sorpresa casi me gana, pero puede tomar una foto rápidamente con el celular. En ese día me quedó la idea de que esto anticipaba demolición; solamente faltaban las vallas. No tengo idea de donde habrá ido a parar la puerta, lo cual, como digo, es una pena porque era hermosa, como muchas cosas que se hacían en esas épocas, pensando más en lo artístico que en lo económico.

Lamentablemente no pude pasar por varios días para atestiguar cómo seguía la cosa. Como puede verse, el trabajo era bastante prolijo, y me llamó la atención que los ladrillos estaban muy bien alineados y se había cuidado la fachada.

Lo raro es que, como puede verse en la foto de GSM, el edificio era comercial, con lo cual al taparse su única entrada, supongo que había sido unificado con otra parte del mismo; no entiendo por qué cerrarían una puerta solamente. A la vuelta, por Dorrego, hay una puerta amplia, casi parece una cochera pequeña, pero pareciera que la forma de acceder al edificios queda muy golpeada; en resumen, no me cierra, y parece un capricho. Por eso, más que nada, lo pongo como fallo.

Sobre estas elucubraciones, al final cuando logro pasar de nuevo por la zona, en colectivo, estoy con el celular preparado, en mano. Y saco esto que viene a continuación:




Así que ahí quedó todo. Zas y ya no hay más puerta. Como dije antes, aprecio la prolijidad del asunto, pero lo pongo como fallo porque no entiendo la causa: por qué la ciudad pierde una hermosa puerta. Esperemos que no toquen más este edificio tan hermoso.

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