jueves, 25 de febrero de 2016

Para que quede eso, mejor nada

A veces miro y descubro cosas insólitas. La ciudad se ha construido, como muchas, sobre las ruinas de versiones anteriores: en este sentido, todas las ciudad son Troya. Esto a veces permite recuperar una puerta, una ventana, una moldura, un balcón que de otra manera se hubiera perdido. Muchas veces encontré dibujada la silueta de una casa ya desaparecida en las grietas de las paredes nuevas, en un cambio del tono de pintura, en una columna que no fue demolida.

Sin embargo, a veces lo que se recupera ni sirve para nada. Ya ni recuerdo dónde saqué la foto, y no voy a perder tiempo en ubicar la dirección. Simplemente está, es un suspiro del pasado, el susurro de un nombre que nunca podremos adivinar.



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