jueves, 28 de enero de 2016

Tanque de agua en Riobamba al 300

Bueno bueno, esperaban uno más pequeño? Pues no, es uno de los tanques de enorme tamaño que la empresa Aguas Santafesinas tiene por Rosario.

Este está en Riobamba al 350, pasando la mitad de cuadra, entre Leandro N. Alem y Ayacucho (más cerca de la primera que de la segunda). Lo fotografié un poco apurado el otro día, cuando estaba por la zona debido a un trámite.

Me encanta la forma en que el caminito es totalmente accesible para el peatón, pero sobre todo me gustan las sencillas columnas que delimitan el mismo y dan marco al portón de rejas.

En fin, una de esas raras postales de la ciudad.

Los dejo, más abajo, con la foto equivalente de GSV. ¿La curiosidad? Aparentemente el algoritmo interpreta que el caminito es una calle, por lo que no me deja posarme sobre la "fachada", es decir sobre la línea de edificación, y solo puedo ponerme a un costado, mirando casi a 45 grados. De todas maneras, es bueno el cambio de ángulo.



viernes, 22 de enero de 2016

Estacionamiento en Colón y 9 de Julio


La esquina lo dice todo. Un montón de cosas olvidadas y deterioradas.

Pasé por ahí, muy seguido, durante mis años de facultad, por calle Colón. La fachada que aparece a la izquierda, un lamento abierto, pide a gritos revoque y restauración de molduras; ni hablar de ventanas. Pero lo que me trae hoy acá es otra cosa: el estacionamiento por calle 9 de Julio, del cual recién ahora me di cuenta (y eso que cada tanto paso por ahí).


Una vez más nos encontramos con una casa abandonada que se convierte, al agrandar una pared y poner una viga, en un estacionamiento. "La botica de Colón", como puede verse, está fuera del negocio desde hace muchos meses; ahuecarla y dividirla con el paredón que se ve al fondo ha sido la respuesta. Por lo menos la fachada de esta parte está mejor conservada que la de la otra mitad.

En este bonus track cortesía de GSV podemos verla en todo su decadente esplendor. Como puede verse, es idéntica a la de la otra mitad, lo cual indica que lo único que se remodeló, en su momento, fue la esquina, de la cual se perdieron sus detalles.



Veremos qué le depara a esta esquina en el futuro: como ya les dije, no paso por ahí tan seguido, pero sigo pasando.

domingo, 17 de enero de 2016

Los perdidos (III): Corrientes y San Lorenzo

Continuando con mi recorrido, irónicamente por calle San Lorenzo, en el mismo 101, me encuentro con otra esquina. Que de nuevo no era arquitectónicamente la novena maravilla del mundo, pero que me da pena morir de esa manera, sobre todo porque creo que se podría haber rescatado de alguna manera.

De nuevo, las imágenes son de GSV, de finales de 2013. Realmente no me había percatado del paso del tiempo. Irónicamente en estas fotos se ve algo que había olvidado: el mal estado del local, que antes funcionó como bar, y el cartel de alquiler. Supongo que los dueños lo ofrecieron durante mucho tiempo, hasta que llegó la oferta de demolerlo para hacer un enorme edificio y bueno, allá fue todo.

Lamentablemente, como suele pasar en otras partes, esta zona si bien está muy cerca del microcentro rosarino, también está algo abandonada, particularmente Corrientes hacia el río. Poco tránsito, edificios abandonados, sucios o mal mantenidos, poco comercio, etc., hacen que ciertos negocios no se puedan sostener y boom!, la demolición.

Como digo, no era EL edificio, pero es una pena. Les dejo más detalles del lote, del que ahora no queda nada.

Cuatro ventanales por San Lorenzo. Se nota el abandono.
Detalle de los arcos de las ventanas, por San Lorenzo. Se nota que fue un
edificio más decorado tiempo atrás, pero que perdió muchos detalles de
la fachada hasta quedar "pelado".

Las tres que siguen son fotos de 2015. Nótese la puerta tapiada y grafiteada. Los otros negocios que estaban por calle Corrientes, que comparten las mismas ventanas/puertas en arco, también fueron demolidos; el lote es enorme y seguramente se utilizará para un edificio igualmente gigante (y sin cocheras suficientes para sus habitantes).

A la pared que cerró la entrada rápidamente la pintaron. No sé qué
sucederá con el puesto de diarios, que molesta bastante la circulación de
esa esquina.





Los tres locales por Corrientes también fueron demolidos; seguramente eran
parte del edificio original, se nota en el hecho de compartir detalles
de la fachada.

Así estamos. Insisto en que se podría haber hecho un edificio grande sobre esta fachada, reciclándola como se ha hecho con edificios mucho más vistosos. Solo espero que no sea una monstruosidad.

viernes, 8 de enero de 2016

Los perdidos (II): Jujuy entre Presidente Roca y España

Hace unos días fui a la casa de un amigo, que queda cerca del Colegio San José, y me topé con un enorme hueco. Solo quedaban restos de una pared color morado, y algunos detalles que me hacían parecer que lo demolido era una casa antigua.

Y sí, lo era.

No había prestado mucha atención a la misma. Y ahora que veo las fotos, no lo puedo creer.

Además de estudiar en el Colegio San José, tenía un muy buen amigo que vivía muy cerca, por lo que pasábamos mucho tiempo en su casa. Conocíamos los alrededores y muchas veces íbamos a comer o a divertirnos por la zona. Cuando nos hicimos más grandes, eso incluyó ir a diferentes bares que quedaban muy cerca.

No es casualidad, entonces, que varias veces hayamos recalado en Galiffi. Un bar que estaba justo a la vuelta de la entrada del San José, y que nos quedaba cerca de muchos otros lugares. Yo por lo pronto no puedo considerarme un habitué, pero sí fui muchas veces con varias amistades de la secundaria.

Es irónico. No había reparado en que seguía estando allí, cada vez que pasaba para ir a la casa de un amigo nuevo. Y ahora su demolición, su desaparición, me retrotrae a otra pérdida para mí muy dolorosa en la zona, que todavía les debo comentar.

Es duro y triste cuando desaparecen lugares que significaron algo para uno. En este caso no es un lugar tan amado, tan querido, pero sí uno que fue parte de mi vida. Adiós. En mis zapatillas tengo todavía barro de cuando pisé esa vereda anegada, hace pocos días, bajo la lluvia. Ahora no la quiero lavar.




Las molduras, algo borroneadas por el acercamiento extremo. Es irónico que
no prestara atención en ellas, ni cuando íbamos a tomar algo, ni ahora cuando
redescubrí, de día, el lugar. Pero la vida es así, supongo.

Yendo hacia allí me metí por el Pasaje Saguier, que ya reseñé en esta otra entrada. También me encontré con una enorme demolición. Lamentablemente en ese momento no saqué fotos de todo el pasaje, por lo que no puedo saber qué se demolió. Aunque creo que se trataba de una casa más o menos antigua, no puedo asegurarlo; sólo sé que tenía paredes color verde manzana. Aquí GSV no puede ayudarme: como suele suceder, no se mete por los pasajes, por lo que lamentablemente tal vez nunca sepamos qué se perdió allí. Un perdido más, y ahora realmente perdido.

Se sigue yendo mi ciudad. Algo que siempre supe que pasaría, pero no deja de ser doloroso.

miércoles, 6 de enero de 2016

Los perdidos (I): Vera Mujica y San Lorenzo

A veces no llego. Soy humano. Tengo ocupaciones, poco tiempo, no dispongo de un automóvil y entre todas esas cosas, suele suceder que algo se pierda. Me entero tarde de que un edificio está siendo demolido, o paso con el colectivo y no tengo tiempo o ángulo para lograr una buena foto antes de que caigan los martillos. A veces tapian una casa y pienso que solo la abandonarán, pero cuando paso una semana después, nada queda.

Odio que pase eso.

Pero a veces no queda otra, y hay que aceptarlo. El paisaje urbano se modifica y esas esquinas o esos lugares no vuelven. En esos casos, para preservar su memoria, lo único que puedo hacer es tirar de los archivos de Google Street View. Esa máquina del tiempo que es más misericorde que muchas personas.

Así que inauguro hoy esa sección que hace rato vengo rumiando, con uno de estos casos perdidos. Este es un edificio que veía habitualmente, ya que el 101 dobla justamente en esa esquina para esquivar la megamanzana del Hospital Centenario y de la Facultad de Medicina.

Estuvo allí mucho tiempo: una casa hermosa, para una familia grande, aparentemente dividida en dos porque tiene dos puertas de ingreso. Aunque sus rasgos arquitectónicos no eran de gran escuela, sin molduras exageradas ni estatuas ni nada "loco", las dos piezas como castilletes y las molduras bajo los aleros le daban un aire hermoso. No he visto muchas como esta, creo que porque son de un período intermedio: pasando a una arquitectura más moderna, todavía conservaba detalles como las columnas pequeñas en las barandas de la terraza, o rejas más elaboradas.

Por si fuera poco, encajaba perfectamente en esta esquina tan tranquila y arbolada, se ve que fue bien diseñada para esto.

Estas fotos son de 2013 (por suerte GSV ya estaba). En un momento de 2015 la casa comenzó a ser tapada con cerco de publicidad, lo que suele significar dos cosas: el abandono o la demolición. Primero una parte, como lo atestigua la versión más actual de GSV. Se ve que primero se fue una familia, y luego la siguiente. Un día simplemente pasé y estaban quitando las rejas. Al ver eso comprendí que ya estaba condenada.

Hay un par de lugares en la ciudad que recibo con los ojos cerrados. Cuando paso por allí con el 101 decido mirar hacia otro lado. Prefiero recordar así la esquina. Los dejo con las fotos, sin nada más para decir.