martes, 6 de mayo de 2014

Sarmiento y Mendoza: un derrumbe emblemático

Pasé por ahí recientemente, varias veces. Nunca me había gustado la decoración externa del lugar, tengo que decir: no me molesta que intervengan las fachadas, de hecho hay algunas casas antiguas con verdaderas obras de arte moderno en ellas. Pero en esa esquina, el negro no quedaba bien. Se notaba el maltrato, el abandono.

Me sorprendió como a todos, creo, ver esta noticia en el diario La Capital, pocos días después, el 28/04/14: Derrumbe en un bar que estaba siendo remodelado en Mendoza y Sarmiento.

Según dice la nota, estaban remodelando el interior, y aparentemente alguien tiró una pared que soportaba parte del techo. Ahora bien, cualquier persona con dos dedos de frente (aunque no sea arquitecto) sabe que las paredes sostienen el techo. Por lo menos, hasta que se invente algún sistema antigravedad :P Resulta algo insólito y plantea dudas sobre si había alguien a cargo de la obra, o si simplemente el dueño dijo: "hagan más espacio" y los albañiles obedecieron sin cuestionar.

Al día siguiente, martes 29/4, se daban más detalles: Se derrumbó el techo de una obra en pleno centro y casi desata una tragedia.



Soy testigo de que, como se marca allí, las obras no estaban señalizadas. No había ningún cartel que marcara un permiso municipal para obras de demolición, ampliación o lo que fuera. Los conozco porque siempre estoy atento a las remodelaciones de casas antiguas. Para colmo, los testigos dicen que había albañiles, posiblemente en negro, sin elementos de seguridad básicos. Como suele pasar en la ciudad, la obra había sido denunciada por el gremio de la construcción, pero nadie hizo nada. De haber sido mayor el derrumbe, ahora estaríamos lamentando la pérdida de vidas humanas.

Más allá de esta desgracia con suerte, de las irregularidades laborales, de seguridad y administrativas, se esconde también, lamentablemente, el poco respeto por el pasado. Pero, ¿qué podemos pedirle a un dueño que no respeta las vidas humanas, que las contrata por fuera de todas las leyes y los pone a hacer trabajos sin que una mano experta los guíe? Como dije antes, supongo que no había ningún responsable de la obra: si había un arquitecto a cargo, hay que sacarle la licencia de por vida...

Como dice la segunda nota, en la Municipalidad estiman que esa casona tiene al menos 100 años, pero que ha ido perdiendo, con diversas modificaciones, las molduras y otros elementos arquitectónicos de valor. Lamentablemente, desde hace tiempo era algo así como uno de esos troncos muertos que dejan las podas exageradas en ciertas zonas de la ciudad: un testamento lamentable del desprecio por lo bello, de la destrucción inexperta e irracional en lugar del cambio razonable y cuidado. ¿No se la pudo salvar antes, cuando todavía tenía identidad y algo de orgullo?

Lo que más temo es que el edificio sea irrecuperable y que de él no quede ni la fachada. Con una ubicación tan céntrica (justo frente a la Sala Lavardén), el destino más seguro es la construcción de un edificio de departamentos que borrará de otra esquina una esquirla del pasado de la ciudad.

Sirva esto como recuerdo lamentable, pero recuerdo al fin. No podemos salvarlo todo, pero al menos conozcamos este caso, para evitar que sucedan otros.


Las dos fotos son cortesía del Diario La Capital, Decano de la Prensa Argentina.

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